El 7 de Julio del 2005, Londres se despertaba con una serie de atentados en plena hora punta. Tres bombas explotaron en diferentes vagones del metro y un cuarto artefacto hizo saltar por los aires un autobús de dos pisos.
El brutal ataque se saldó con 56 víctimas mortales y casi un millar de heridos. La organización terrorista Al¬Qaeda asumió la responsabilidad de los atentados y daban respuesta a la participación del Reino Unido en la Guerra de Iraq. Una de las bombas explotó en la línea de Picadilly, un minuto después de que un convoy atiborrado de pasajeros abandonara la estación de King Cross, en una de las zonas más profundas del metro de la capital inglesa. La explosión mató a la mayoría de la gente que se encontraba al lado del terrorista suicida pero increíblemente se saldo con pocas víctimas mortales. Odisea te presenta el estremecedor relato de aquellos supervivientes, personas que están convencidos que deben sus vidas a aquellas víctimas que el azar quiso que actuaran de escudos humanos.
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