No hay robots ni naves especiales. El futuro que plantea Black Mirror es un futuro cotidiano que podríamos encontrar pasados unos años al doblar una esquina de nuestro barrio, o tal vez un futuro que, sin que seamos muy conscientes, se haya convertido ya en una realidad.
Frente a los escenarios apocalípticos, Black Mirror propone mundos posibles a los que pueden conducirnos las nuevas tecnologías y la hiperconexión. ?Se trata de a adentrarse en ese terreno fronterizo en el que las cosas más insensatas son posibles. Indagar en las secuelas de esa droga que es la tecnología», dice el creador de la serie, el británico Charlie Brooker.
Una herramienta de Twitter capaz de resucitar a los muertos mediante al rastro digital dejado por el usuario; unos terroristas que humillan públicamente al Primer Ministro gracias al impacto viral que logra el video en el que plantean sus condiciones; un dispositivo que permite rebobinar nuestras vivencias y repasar, desde diferentes ángulos, celos y sospechas en las relaciones de pareja? Desde la Política con mayúscula hasta la intimidad del dormitorio. Black Mirror explora posibilidades de futuro en todos los ámbitos. Posibilidades que inquietan porque, además de posibles, son probables. Dos temporadas con un total de seis episodios, de algo menos de una hora cada uno, que se han convertido en objeto de culto. Viéndolos por separado resultan desasosegantes. Pero, ¿qué pasa cuando se ven en tan solo dos días y en raciones de tres en tres? Por si acaso, este fin de semana, en TNT no nos hacemos responsables del futuro del espectador.
Temporada 1
Sábado 23 a las 09.30h
Temporada 2
Domingo 24 a las 09.30h
