El recién elegido Primer Ministro de Islandia, el muy populista Benedikt, comienza a perder el control de la realidad, lo que tendrá consecuencias en su familia y en la nación islandesa.

Inesperadamente, anuncia que renunciará si no hay un 90% de participación electoral. Una oportunidad para la mayor victoria de la historia, pero también una oportunidad intrigante para sus oponentes.
Desde martes 14

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