En julio de 1991, la policía de Milwaukee irrumpió en el apartamento de Jeffrey Dahmer, de 31 años, y descubrió el macabro museo personal de un asesino en serie: un congelador lleno de cabezas, cráneos, huesos y otros restos humanos en diversos estados de descomposición. Dahmer no tardó en confesar 16 asesinatos en Wisconsin cometidos en los cuatro años anteriores, más otro en Ohio en 1978, además de actos de necrofilia y canibalismo inenarrables.
El hallazgo conmocionó a la nación y dejó perplejos a los vecinos, indignados por haber dejado tanto tiempo suelto por la ciudad a un asesino tan depravado. ¿Cómo es posible que Dahmer, condenado por el acoso sexual a un menor en 1988, consiguiera evitar sospechas y el escrutinio de la policía mientras acechaba en el ambiente gay de Milwaukee en busca de víctimas, muchas de ellas personas de color?
La tercera entrega de esta serie del director Joe Berlinger (‘Conversaciones con asesinos: Las cintas de Ted Bundy’, ‘Conversaciones con asesinos: Las cintas de John Wayne Gacy’) es un documental de tres partes que incluye conversaciones inauditas entre Dahmer y sus abogados que muestran su mente perturbada y contestan esas preguntas sobre la responsabilidad policial desde una perspectiva actual.
Desde viernes 7