Killer Sally es la historia del crimen más sonado del culturismo. El Día de San Valentín de 1995, Ray McNeil, campeón de culturismo de Estados Unidos, estaba estrangulando a su esposa, la culturista Sally, cuando esta cogió una escopeta y le pegó dos tiros que resultaron letales. Sally tenía un historial bien documentado de víctima de maltrato doméstico y declaró que fue una decisión casi instantánea, tomada en defensa propia para salvar su vida. Pero la acusación defendió que fue asesinato con premeditación, la venganza de una esposa celosa y agresiva. La calificaron de «macarra», «matona», «monstruo». Los medios de comunicación la llamaban la «novia musculosa» y la «princesa cachas».
Sally dice que toda la vida hizo lo que fuera para sobrevivir, atrapada en un ciclo de violencia que empezó en la infancia y acabó con la muerte de Ray. Esta compleja historia sobre un asesinato real analiza la violencia doméstica, los roles de género y el mundo del culturismo.
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