La moda es identidad para las adolescentes y una marca, Brandy Melville, ha desarrollado un culto a pesar de su controvertido eslogan «talla única». Detrás de su brillante fachada de Instagram se esconde un mundo escandalosamente tóxico, reflejo de la industria global de la moda rápida.

La moda rápida no es todo brillo y glamour: es un negocio que sacrifica a la humanidad y contamina el planeta en aras del beneficio. Los medios de comunicación han sacado a la luz algunas de las prácticas desagradables de Brandy Melville y por eso algunos la llaman Brandy Hell-Ville.
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