El programa de DKISS Viviendo con un asesino profundiza en la doble vida que tienen los criminales más sanguinarios, que pueden mostrar una cara amable y cariñosa con sus familiares y amigos cercanos, pero luego cometer los actos más atroces cuando nadie los ve. Sin embargo, una vez la policía le ha arrebatado su máscara, el asesino puede reaccionar de dos formas: seguir negando su implicación en las muertes y mostrarse como alguien vulnerable, como una víctima del sistema; o dejar que su monstruo interior salga por fin a la luz.
En la boca del lobo
Esta nueva versión de Viviendo con un asesino entra en las cárceles más peligrosas de Estados Unidos para entrevistar a homicidas condenados por acabar con la vida de una o varias personas. Algunos de ellos han confesado sus crímenes y los justifican sin ningún tipo de arrepentimiento, otros prometen haber comprendido que los actos que cometieron son intolerables, mientras que una pequeña parte sigue defendiendo su inocencia a pesar de todas las pruebas en su contra.
Además de la entrevista al criminal, este true crime cuenta con los testimonios de los policías que investigaron el caso, amigos, familiares y demás personas cercanas al asesino que recuerdan su convivencia con él y cuyo relato está ilustrado por precisas recreaciones que reconstruyen los eventos narrados. Para ofrecer un análisis más profundo, expertos criminólogos y especialistas en lenguaje corporal estudian en directo las respuestas del entrevistado para desvelar aspectos psicológicos de su personalidad criminal y, en muchas ocasiones, psicopática.
Un estrangulador “inocente” y dos versiones para dos asesinos
Lorenzo Gilyard está condenado a cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad por asesinar a 13 mujeres, 12 de ellas prostitutas, a lo largo de casi 40 años. Se le conoce como “El estrangulador de Kansas City”. Su mejor amigo, Lemuel Kimes, nunca sospechó nada. El asesino en serie, por su parte, sigue defendiendo su inocencia desde prisión, pero los expertos que analizan la entrevista ven en él una capacidad extraordinaria para la manipulación.
Robert y David, por su parte, son dos amigos condenados por homicidio. En el juicio, aseguraron que fue en defensa propia. Treinta años después, sus versiones han cambiado y no coinciden entre sí. ¿Quién dirá la verdad?
Sábado 29 a las 22.00h