La 2En la Semana de los Derechos de la Infancia, ‘La noche temática’ muestra las situaciones de conflicto y violencia de las que son víctimas los menores. Miles de niños ucranianos fueron enviados a Rusia para escapar de los bombardeos y allí han quedado atrapados. En 1945, los niños fueron víctimas de la posguerra tras la Segunda Guerra Mundial. Fueron desplazados, arrancados de sus familias adoptivas o robados por países que deseaban una repoblación.

Tras la ocupación rusa de Ucrania miles de niños fueron enviados a Rusia por los soldados, o a colonias de verano por sus padres o dados en acogida con la esperanza de volver a verlos. Allí se les hizo creer que sus padres les habían abandonado. Al ver que cada vez más familias perdían el contacto con sus hijos, se hizo evidente la magnitud del problema.

Cinco meses después de invadir Ucrania, el gobierno ruso aceleró el proceso de concesión de la nacionalidad rusa a personas de Ucrania, incluidos esos niños. Cuando empezaron a circular informes sobre los niños en paradero desconocido, la Corte Penal Internacional se puso a investigar posibles crímenes de guerra. “Necesitan a los niños ucranianos como ventaja política. Ucrania debe intentar que vuelvan y para eso debe negociar con Rusia”, señala la abogada en Derechos Humanos Kateryna Rashevska.

Nadie sabe el número exacto de niños ucranianos que han sido trasladados a Rusia. Pero Ucrania sostiene que son varios miles. Los abogados trabajan sin descanso para conseguir que vuelvan.

‘Los niños del caos’

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Europa es un gigantesco campo en ruinas en el que también deambulan cientos de miles de niños. Huérfanos, perdidos o abandonados a su suerte. Por primera vez en la historia, los niños fueron un objetivo durante la guerra.

Algunos tendrán que huir de Europa para sobrevivir. Otros serán desplazados nuevamente, arrancados de sus familias adoptivas o robados por países que necesitan urgentemente una repoblación. Muchos solo descubrirán su identidad muchos años después.

La reconstrucción de Europa ha ocultado esta historia no contada. Hoy, gracias a los testimonios exclusivos de testigos franceses, polacos, alemanes y estadounidenses; a archivos inéditos y a diarios de médicos y trabajadores, es posible contar la tragedia de estos niños perdidos de la guerra.

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