Una investigación que revela las malas prácticas de las empresas que comercializan pruebas de ADN directas al consumidor. Jueves 27 de marzo, a las 00:50 horas en La 2 y en RTVE Play.
‘Documentos TV’ estrena ‘El negocio del ADN’, un documental que revela las malas prácticas de las empresas que comercializan pruebas de ADN directas al consumidor, cuya venta prolifera en internet y que esconden insospechadas consecuencias y peligros.
La curiosidad por descubrir orígenes lejanos o predisposición a enfermedades ha convertido a casi 50 millones de personas de todo el mundo en usuarios de test genéticos caseros. Lo han hecho, seducidos por las extraordinarias promesas de la publicidad que inunda la red.
Basta con introducir un hisopo en la boca y recoger una muestra de saliva. Un sencillo mecanismo que esconde métodos dudosos, cuya fiabilidad y validez científica ha sido cuestionada por relevantes genetistas. Además, contribuye al negocio de mercantilizar datos genéticos, que pone en riesgo la privacidad e identidad ante la falta de regulación legal.
El negocio de la información genética
Cada persona tiene un ADN único, por tanto, poder leerlo es disponer de todos los secretos de un ser vivo. En la última década, varias empresas han visto el filón de explotar las posibilidades que ofrece el ADN recogido a través de sus test y de intrusivos cuestionarios previos. Además de conseguir los datos genéticos, disponen de información de sus clientes, “incluidos sus antecedentes, su predisposición médica y los problemas de salud que puedan tener”, señala el jurista Thilo Weichert.
“¿Y qué van a hacer con esta enorme cantidad de datos que han recopilado?”, se pregunta el periodista del New York Times Mike Isaac. ‘El negocio del ADN’ desvela cómo estas empresas emergentes vendieron el acceso a sus datos a la industria farmacéutica y, a fin de conseguir beneficios mayores, alguna de ellas ya ha desembarcado en el sector de las altas finanzas y la especulación bursátil. Lo próximo puede ser el sector bancario y el de seguros, con los riesgos que ello conlleva. “El ADN es un factor biométrico que se puede utilizar para crear categorías, para discriminar”, advierte la genetista Bourgain.
