Durante la década de 1970, el asesino en serie Dean Corll asesinó a mínimo 28 niños con la ayuda de dos adolescentes. La aclamada coreógrafa Gisèle Vienne tomó estos hechos reales y los adaptó al teatro, con apenas un actor y unos títeres. Aquella pieza teatral se convirtió en un espectáculo de culto. Ahora, la propia Vienne la traslada al cine, con una puesta en escena que hiela la sangre.
Texas, mediados de la década de 1970. Con la ayuda de dos adolescentes, David Brooks y Wayne Henley, el asesino en serie Dean Corll asesinó a una veintena de niños y registró estos asesinatos en una película. Desde la prisión donde cumple cadena perpetua, David Brooks, ahora ventrílocuo y titiritero, cuenta su historia a través de un espectáculo que ha imaginado.
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