Simone Biles tiene una asignatura pendiente. En 2020 estuvo entre los grandes protagonistas de los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero en el deporte, al igual que en la vida, no todo sale según lo previsto. En su caso, el mundo entero asistió en primera fila a su crisis de salud mental, que la obligó a retirarse de la competición.
Desde entonces, Simone se ha dejado la piel enfrentándose a los traumas del pasado, aprendiendo a gestionar sus problemas de salud mental, empleándose a fondo en todo ese proceso y, de paso, rehaciendo de cero su rutina gimnástica. Su valor para superarse no tiene límites, pues ha decidido volver al escenario olímpico este verano para hacer lo que siempre ha hecho: ser la mejor Simone posible. Porque, a pesar de todo, siempre vuelve a volar.
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