En agosto de 1989, los hermanos Lyle y Erik Menendez, asesinaron a tiros a sus padres, José y Mary Louise ‘Kitty’ Menendez.

Mientras que la acusación alegó que buscaban heredar la fortuna familiar, los hermanos afirmaron -y siguen afirmándolo hoy en día, mientras cumplen cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional- que sus actos se debieron al miedo que sentían tras toda una vida de abusos físicos, emocionales y sexuales a manos de sus padres.
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