
El último descubrimiento de un joven científico puede revolucionar el campo de la física y el futuro de la humanidad: todo cuerpo puede trasladarse de un lugar a otro, en décimas de segundo, a través de unas cápsulas que desintegran la materia y la vuelven a reintegrar en otro lugar. Decide probar consigo mismo este hallazgo, que acabará convirtiéndolo en un monstruo. Una mosca viajará con él durante este fugaz viaje, lo que le provocará una espeluznante metamorfosis. David Cronenberg, director de la película, realiza un remake de la versión dirigida por Kurt Neumann en 1958. Ambas están basadas en un relato que George Langelaan publicó en 1957 en la revista Playboy. “La mosca” (1986) no pudo contar con mejor director, Cronenberg pone toda su pasión por la ciencia, el terror y la carne en esta película. La transformación del científico, interpretado por Jeff Goldblum, adquiere en este remake mucha más profundidad. La versión de 1958 era un producto de su época, la era de la Guerra Fría, y se centraba en la crítica ética del científico que ponía en peligro a la sociedad por su ambición descontrolada. Cronenberg, director estrella del cine de “la nueva carne”, está más interesado en lo corpóreo, en la alteración del aspecto físico. “La mosca” es un gran ejercicio de dosificación del suspense y el horror, que aumenta de forma progresiva, in crescendo. Muestra al espectador todas las fases de la degradación. La película consiguió el Oscar al Mejor Maquillaje, obra del talento de Chris Walas, que dirigiría la segunda parte de la saga.

LA MOSCA II
Martin Brundle es un joven que sufre un proceso de crecimiento acelerado por un problema genético que desconoce. Su padre, Seth Brundle, era un científico que experimentaba con la teletransportación y debido a una serie de problemas, surgidos durante las pruebas de su invento, su cuerpo se vio afectado por una horrible mutación. Cuando llega a la adolescencia, Martin empieza también a mostrar los primeros síntomas de la transformación. Busca desesperado una solución, pero los científicos que se interesan en el caso parecen más preocupados en seguir adelante con el proyecto, que en ayudar al joven. Chris Walas, que había sido el responsable del maquillaje de “La mosca” de Cronenberg, dirige esta secuela que continúa con el estilo visual que había marcado el director canadiense. “La mosca II” (1989) era una película obligada y necesaria desde la filmación de la primera. En la versión de Cronenberg ya se introdujo una secuencia premonitoria -la del parto- que era un sueño de la protagonista y similar a la escena que abre esta segunda parte. Y ya se sabe que en materia cinematográfica, los hijos vienen con un pan y una secuela debajo del brazo. Chris Walas recibió el Oscar al Mejor Maquillaje por “La mosca” (1986) y también obtuvo un Saturn Awar, premios que otorga la Academia de Ciencia Ficción, Fantasía y Terror de Estado Unidos, por los efectos especiales de “Gremlins” (1984).
Emisión: 24 y 25 de enero a las 22:30
Departamento de Prensa de Teuve