A partir de septiembre, TCM reservará los domingos para ofrecer a sus espectadores el cine más libre y comprometido. Un cine que no entiende de modas ni de intereses comerciales, sino que únicamente apela al impulso creativo de sus directores, productores e intérpretes.

120 pulsaciones por minuto, de Robert Campillo, está ambientada en París, a comienzos de la década de los 90, cuando la enfermedad del SIDA es una dolorosa realidad que golpea al colectivo gay. Un grupo de jóvenes activistas intenta concienciar a la población francesa, mientras exige a las autoridades que se involucren activamente en la lucha contra esa lacra que azota a la sociedad. Un film doloroso y tierno, lleno de vida y también de muerte que ganó en 2017 en el Festival de Cannes el Premio del Jurado y el de la FIPRESCI, Federación Internacional de Prensa Cinematográfica.

En 2003, cuando se estrenó Mi vida sin mí, la directora Isabel Coixet conmovió a los espectadores de todo el mundo con esta historia sobre una joven madre que padece una enfermedad mortal y que va despidiéndose de sus hijas pequeñas dejándoles una serie de grabaciones con pequeñas recomendaciones. Al mismo tiempo, elabora una lista de cosas que quiere hacer antes de morir. Una película sensible y delicada, con una protagonista, Sarah Polley, que dota a su personaje de una dolorosa dulzura mientras va sorbiendo los últimos momentos de su vida.

Ida fue una de las grandes sorpresas cinematográficas del año 2013. Su director, el polaco Pawel Pawlikowski, filmó en un riguroso y precioso blanco y negro la historia de una joven novicia que, antes vestir definitivamente los hábitos, conoce al único pariente que le queda vivo, una jueza alcohólica desencantada con el régimen comunista. Ida ganó el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa en 2014, así como cinco premios del cine europeo, incluyendo los de mejor película, director y guion.

Man On The Moon, de Milos Forman, cuenta la vida y muerte de Andy Kaufman, un artista excéntrico que renovó el concepto de la comedia en los Estados Unidos a finales de los años 70 y comienzos de los 80. En el film Jim Carrey se encarga de dar vida a este humorista que aseguraba no haber contado un chiste en toda su vida y que era capaz de hacer sobre un escenario las cosas más insólitas, como quedarse completamente mudo, sin pronunciar palabra alguna, ante la sorpresa y la desesperación del público. Un film que reivindica la libertad y la extravagancia como impulso creativo frente a lo convencional y preestablecido.

Academia Rushmore fue la segunda película en la filmografía de Wes Anderson. En ella este director sentó definitivamente las bases de su estilo cinematográfico. Un cine dotado de un peculiar sentido del humor, con personajes que se salen de los esquemas habituales y que se enfrentan a situaciones sorprendentes. En esta ocasión nos encontramos con un estudiante entusiasta, al que da vida Jason Schwartzman, que es capaz de presidir distintos clubes y sociedades escolares, pero que, a la vez, es un pésimo estudiante que bordea permanentemente la expulsión del centro.
Domingos a las 22.00h

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